Hoy me han vuelto a amargar la comida, esa pandilla de cobardes, asesinos de medio pelo que amparados por otros más cobardes aún que le dan cobertura política, han ejecutado a otro hombre sin ninguna oportunidad de defenderse, ni tan siquiera de tener la ocasión de despedirse de su mujer ni de sus cinco hijos, ni de preguntarse porqué.
Estos tipejos sin escrúpulos que intentan justificarse amparándose en unos falsos ideales, son los que se quejan de estar sometidos, de querer defender un pseudopais que vive con el miedo metido en el cuerpo y con una mordaza invisible pero real, de reclamar que la justicia de los invasores deje de oprimirlos. ¿ Qué tipo de justicia han aplicado a Isaias Carrasco , a Ignacio Uría o a todos los demás ejecutados? ¿ Hay una dictadura más extrema que la suya?.
En otro lado - quizás algunos estén en el mismo -, se encuentran nuestros ineptos políticos, incapaces de buscar una solución, sólo se suben al carro de las cámaras de televisión para ganar unos minutos de publicidad, minutos caros que tienen como precio la vida de una persona. Algunos van más lejos y les piden valentía a los empresarios, a que sigan porque son necesarios en esta época de crisis. ¿ Qué clase de valentía esta usando el PNV, que teniendo la oportunidad que brinda nuestro ordenamiento jurídico, no se atreve a apoyar las mociones de censura para expulsar de los ayuntamientos a los que apoyan a estos cobardes?.
Algo huele a podrido y como siempre lo pagan los inocentes, simplemente son trabajadores que el único delito que cometen es querer llevar adelante a su familia , de vivir en paz si los dejan, de estar orgullosos de su tierra, pero en cualquier sitio hay hijos de puta, sólo hay que dar con ellos.
basta por hoy que tengo las hormonas femeninas en plena ebullición, a punto de estallar y eso no es bueno para los que me rodean.