viernes, 21 de diciembre de 2007

Maldito consumismo

Cada año por estas fechas más de lo mismo, llegan las vacaciones, la gente que como el turrón vuelve a casa por navidad, y cada año mi alucinación va en aumento como si de una bola de nieve se tratase. Sólo basta darse una vuelta por cualquier centro o calle comercial y dedicar unos minutos al sano deporte de observar a la gente, da la impresión de que acerca una catástrofe nuclear y que hay que hacer acopio de todo lo que se cruza en nuestra mirada sea lo que sea: comida, bebida, ropa, cualquier aparato que lleve un cable para enchufarlo, lo que sea. Hasta aquí todo normal, cada cual puede gastar su dinero como y donde le apetezca , pero cuando se trata de nuestro dinero mis hormonas femeninas ( ya sabéis que son las de la mala leche) , como si se tratase de una reacción química, entran en ebullición y se produce en mí un proceso interno raro y difícil de explicar, y todo esto viene a cuento cuando hace pocos días paseaba al atardecer por la zona centro de Mérida y como si de un evento único se tratase, ohhhhhhh, se encendió la iluminación navideña (algo que ocurre cada año en cientos de ciudades de nuestra geografía) que según declaraciones del concejal encargado de tal evento cuenta con un presupuesto de 96.000 euros, es decir, DIEZ viviendas sociales en régimen de alquiler, o CINCO puestos de trabajo, o alojar a un montón de sintechos , o .....
Eso sí, a nuestros gobernantes el tema de la inflación les quita el sueño, como nuestro querido ministro que se permite el lujo de recomendarnos que comamos conejo, no ha especificado cual baja más la inflación si de campo o casero, así que puestos a dar consejos yo tengo varios y variados, pero hoy se me ocurre este sr. ministro: en vez de utilizar coches de alta cilindrada vayan ustedes corriendo detrás del autobús y se ahorraran 1 euro, y si lo hacen detrás de un taxi ahorraran 10, así se controla la inflación, se queman calorías y se quita la preocupación de qué comer, con un tomate rajao y unos vagos de sal gorda tendrá suficiente. Capítulo aparte merecen las comidas de las empresas públicas que por cierto se pagan con nuestro dinero, pero eso será para otro día, que mis hormonas femeninas están algo tocadas y merecen un descanso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que lo del conejo es una indirecta hacia la vida sexual de los españoles. Ahora bien, no vendria mal que saliera otra vez la ministra incitando a las españolas a comer polla. Así todos contentos, o no?

Fdo: el poeta del pan migao

Anónimo dijo...

Po que querís que vo sus diga... yo siempre que pueo me jinco un buen conejaso, ezo sí de campo y con pelo, que la vía ta mu mala pa ir desperdiziando

Anónimo dijo...

Pues sí, por mi parte, te puedes guardar tus hormonas femeninas, a mi me gustan muchississimo más las masculinas.

Adivinanza: Orejas largas, rabo cortito, corro y salto muy ligerito.